Se podría resumir como: técnicas de movimientos de manos y pies con una máxima potencia, velocidad, equilibrio y precisión que requieren fuerza muscular y concentración mental. Estas técnicas son tanto de defensas como de ataques y potencian los reflejos y la coordinación.
Al principio puede haber una cierta dificultad para realizar estos movimientos novedosos pero con la práctica se supera y se logra una mejoría de toda la musculatura haciendo que las diferentes técnicas se hagan de forma fluida y natural. Al mismo tiempo se trabaja la concentración mental y el equilibrio a través de los movimientos desarrollando el auto control y la confianza en uno mismo.
Dos grandes apartados que hacen un todo.
El mundo del taekwondo se “divide” en dos: el combate y los Pumses. Del primero, y después de las fabulosas actuaciones de nuestros campeones olímpicos, no hace falta hablar mucho!!!! Solamente recordar que hoy en día la competición está sujeta a unas normas de arbitraje muy completas donde lo primero es siempre la seguridad de los competidores: categorías según el peso, sexo y edad para mejor igualdad, protecciones, técnicas permitidas…..Por lo que respecta al otro apartado: el pumse, nombre que significa “modelo”, es un conjunto de movimientos siguiendo unas líneas imaginarias para enfrentarse a posibles oponentes. Forman unas coreografías establecidas y unificadas a nivel mundial. Son de obligatorio aprendizaje tanto para pasar los cinturones (o grados) como para participar en competiciones. Hay ocho pumses básicos y nueve pumses superiores. Estos últimos se realizan después de la obtención del cinturón negro.
A un nivel más filosófico los pumses representan partes del mundo, del cosmos y de la vida. Un solo ejemplo: El pumse Kumgang representa la fuerza de las montañas y por eso consiste en movimientos potentes con muchos bloqueos y equilibrios.
El trabajar las pumses ayuda a desarrollar la concentración, el control físico y mental de la fuerza, de la respiración y del equilibrio tanto en niños como en adulto.
